Si hay un aceite esencial conocido por sus propiedades relajantes es la lavanda. Esta planta, tanto por su característico color como por su aroma, es imposible de no distinguirla.
De hecho, cuando alguien se inicia en el emocionante mundo de la Aromaterapia, el primer AE que se recomienda empezar a trabajar es con el de lavanda.
Su color varía del amarillo oscuro al verdoso. La calidad, el color y la composición del aceite, dependerán del clima y la zona donde se encuentre la flor de lavanda.
Lo que más transmite su fresco olor es paz y relajación.
La lavanda, también conocida como espliego, se utiliza para tratar eczemas, psoriasis, heridas, y conjuntivitis, por su poder antiséptico y analgésico.
Es también muy eficaz en el tratamiento del asma y la bronquitis, debido a sus propiedades antiespasmódicas.
En mujeres se han estudiado los grandes beneficios para aliviar los dolores menstruales.
El efecto relajante del aceite de lavanda es de los más conocidos. Ayuda a aliviar el nerviosismo, la depresión o el insomnio gracias a sus propiedades sedantes.
En cuestión de higiene personal puedes utilizar unas gotas de lavanda, en el caso de querer disfrutar de un baño relajante. También lo puedes utilizar como desodorante, al mezclarlo con manteca de cacao o karité.
En el caso de gripes, catarros o bronquitis de carácter leve, se recomienda hacer baños de vapor e inhalaciones con aceite esencial de lavanda.
Otro de los usos más conocidos, es aplicar algunas gotas de este aceite en la almohada, que te ayude a relajarte y conciliar el sueño.
Por último, el aceite esencial de lavanda es de los pocos que se pueden aplicar directamente en la piel. Pero si lo mezclas con otros aceites esenciales, vegetales o arcillas, potenciarás el efecto de los demás aceites.
Si hay un aceite que nunca te puede faltar en tu botiquín de aceites esenciales, es sin duda, el de Lavanda.
En general, la dosis habitual de su uso varía entre el 0,1% al 5%. Las dosis inferiores se utilizan con el fin de perfumar las preparaciones cosméticas. A nivel terapéutico, se suele utilizar una dosis intermedia del 2,5, y la dosis más alta, por ejemplo, para elaborar un aceite corporal, se puede utilizar hasta un 8-10%.
Si quieres introducir el aceite esencial de lavanda, en tus formulaciones cosméticas, debes tener en cuenta dos recomendaciones básicas de formulación:
Bibliografía:
https://mejorconsalud.as.com/aceite-esencial-lavanda-piel-hogar/
https://www.mentactiva.com/aceite-esencial-de-lavanda-en-cosmetica-natural/
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